Brasil en Conama: el proyecto 'Cultivando agua boa'

Al sur de Brasil, en la frontera con Paraguay, un grupo de hosteleros están aprendiendo durante estos días el valor que les puede dar a su negocio el apostar por el llamado turismo rural, unos cuantos agricultores estudian las técnicas necesarias para producir alimentos ecológicos y varias decenas de pescadores se conciencian de los daños que pueden provocar a la biodiversidad.
 
Todas estas acciones forman parte del programa ‘Cultivando Agua Boa’ (Cultivando Agua Buena en portugués), desarrollado por la empresa de carácter públicol paraguayo-brasileña Itaipú Binacional, que se encarga de gestionar la que es hoy en día la mayor hidroeléctrica del mundo en funcionamiento.
 
La construcción de esta infraestructura tuvo una gran contestación social en los años ochenta. Sin embargo, el actual equipo de dirección ha tenido que adaptar la filosofía de la empresa a los nuevos criterios ambientales y sociales de estos tiempos. El proyecto ‘Cultivando Agua Boa’ surgió hace ahora siete años justamente para tratar de enmendar algunos de los impactos ambientales y sociales causados por la hidroeléctrica.  Premio Carta de la Tierra (Earth Charter + 5), entre muchos otros galardones, esta iniciativa persigue gestionar de forma más sostenible el agua de la cuenca, implicando a todas las comunidades localesde la zona.
 
En total, 29 municipios se benefician actualmente del plan, compuesto por 20 programas y 63 proyectos, en el que participan hasta 2.100 organizaciones diferentes con el fin último de promover la sostenibilidad en la región a través de la educación ambiental.
 
La participación ciudadana es una de las claves del proyecto. “Cultivando Agua Buena cree en la importancia de la participación comunal y procesos con participación de múltiples sectores par desarrollar un manejo ambiental responsable de los recursos naturales”, explica Itaipú Binacional. Esta participación se materializa, por ejemplo, a través del “muro de los lamentos” o el “árbol de la esperanza”, unos talleres inspiradosen la metodología del Instituto Ecoar para la Ciudadanía  (Agenda 21 del Pedazo). Estos instrumentos sirven a la comunidad para que identifique los problemas medioambientales que cree que le rodean y se encargue ella misma de controlar que se lleven a cabo.
 

Un laboratorio ambiental

La participación ciudadana llega incluso a otros ámbitos que se suponen más técnicos como el del Laboratorio Ambiental. Creado en 1991para analizar lo impactos que la construcción de la presa había tenido en el medio ambiente y la biodiversidad de la zona, actualmente realiza cerca de 13.000 exámenes por año. Ese alto número se puede conseguir gracias a las llamadas de los ciudadanos que actúan de evaluadores ambientales en las zonas que viven.
 
 

*A la vez que se celebra el congreso, en la Casa do Brasil de Madrid se presentará el jueves 25 a las 12:00, un documental sobre el proyecto brasileño ‘Cultivando Agua Boa’, un interesante programa ambiental y social impulsado por la central hidroeléctrica de Itaipu Binacional.