El 26 de mayo del 2009 fue celebrado a nivel mundial el nombramiento de Fuerteventura como Reserva de la Biosfera. Tras cinco años de esfuerzo y trabajo por parte del Cabildo de Fuerteventura, la UNESCO finalmente hizo pública la adhesión de la isla majorera a este compromiso social de conservación y desarrollo dentro de la Red Mundial de Reservas de Biosfera.

Traducir la necesidad de conciliar la isla de Fuerteventura en un ejemplo y modelo global de sostenibilidad supone conocer la evolución histórica de su desarrollo en cuanto a los aspectos demográficos, económicos, culturales y ambientales.

El crecimiento de la actividad turística como recurso económico para Fuerteventura ha traído consigo una serie de consecuencias. Éstas son caracterizadas principalmente por una disminución de los usos y actividades tradicionales, unido a la pérdida de conocimiento y técnicas para su desarrollo, así como a la desaparición de los actores y las vías de transmisión cultural. Del mismo modo han surgido nuevas formas de explotación de los recursos ligadas a una incompatibilidad general con los sistemas naturales de la isla, de forma que la expansión del alojamiento turístico hacia parajes de alto valor natural refleja un sistema alejado de una filosofía de sostenibilidad. Esta situación llevó a una reflexión sobre la gestión de los recursos naturales mantenida hasta ese momento, de forma que se hacía necesario la consolidación de la economía sostenible con una diversificación de los recursos económicos, así como el replanteamiento de los valores originarios del turismo majorero. Superando así la época de desarrollismo y depredación del territorio y el paisaje, se reclama una nueva concepción que requiere de nuevas formas de gestión que permitan proteger las áreas aún vírgenes y restaurar las degradadas.

La generación de energía, las limitaciones de los recursos hídricos o el aumento de residuos son ejemplos de problemas reales en la isla que, precisamente por presentar esta un espacio reducido, se encuentran magnificados. La pretensión actual es impulsar un desarrollo, pues se es consciente del crecimiento poblacional, pero bajo los límites que implica la sostenibilidad. Y es precisamente bajo este carácter de sostenibilidad de donde nace la propuesta de Reserva de Biosfera de Fuerteventura, convirtiéndose en una herramienta imprescindible y novedosa. La aprobación de su Plan de Acción es lo que encauza la mixtura entre un panel científico y un proceso participativo que permita alcanzar la sostenibilidad de los procesos económicos-sociales y afianzar un nuevo modelo turístico.