La Aldea de San Nicolás está inmersa en un proceso de regulación de los residuos generados por el sector primario, base de su desarrollo socioeconómico.

Es un territorio que cuenta con una abrupta topografía, fuertes desniveles, escarpes, cuchillos, barranqueras y acantilados, que la han configurado como 'una isla dentro de otra isla'.

Los principales núcleos de población comparten el espacio con invernaderos, en un continuo de difícil delimitación. A su alrededor, se desarrollan los más singulares paisajes naturales, constituyendo cuatro espacios naturales protegidos que avalan su inclusión en la Reserva Mundial de la Biosfera del Oeste de Gran Canaria.

Por este motivo, conscientes de la necesidad de preservar el medio, desde hace una década, se vienen realizando diferentes acciones tendentes a la implantación de un modelo de desarrollo económico sostenible.

La reciente crisis agrícola, donde el efecto de diferentes plagas por malas prácticas agrícolas fue determinante para generar un fuerte desequilibrio socioeconómico en el municipio, ha potenciado el desarrollo de medidas tendentes a variar la situación actual.

La Administración Local promovió proyectos de empleo, la redacción de una Ordenanza Municipal de Residuos Agrícolas, la finalización de la Planta de Transferencia de Residuos y la formación específica de técnicos municipales en su gestión de los mismos.

En este proceso, ha contado con la colaboración y participación de otras Administraciones Públicas con competencias en la materia y ha hecho partícipe a los agentes económicos del sector que operan en el municipio.

Las propuestas de futuro pasan por la aplicación de la Ordenanza, el desarrollo de campañas de difusión y sensibilización, la formación de agricultores locales, el impulso y asesoramiento a nuevas empresas en el sector ambiental de residuos y la revalorización de los residuos agrícolas.