Desde marzo de 2008, todas las mezclas bituminosas producidas en España deben cumplir el real decreto 1630/1992 begin_of_the_skype_highlighting 1630/1992 end_of_the_skype_highlighting, el denominado marcado CE. Dentro del marco que este decreto proporciona, creemos que es el momento de introducir un nuevo lenguaje en las mezclas, y es por ello que proponemos la creación de las etiquetas ecológicas de las mezclas bituminosas.
La creciente conciencia global de proteger el medio ambiente por parte de las administraciones públicas, las empresas y el público ha impulsado la adopción de sistemas de calificación ambiental que identifican y certifican de manera oficial que ciertos productos o servicios, dentro de una categoría determinada, tienen una menor afección sobre el medio ambiente que otros.
La fabricación y puesta en obra de mezclas bituminosas en caliente puede causar afecciones ambientales muy distintas en función de su diseño, de la naturaleza y procedencia de los materiales utilizados, de la proporción de materiales reciclados que intervengan en su fabricación, de los procedimientos productivos seleccionados y, por supuesto, de su durabilidad.
Las etiquetas ecológicas o ecoetiquetas son símbolos que se otorgan a aquellos productos cuya producción y reciclado producen un menor impacto sobre el medio ambiente debido a que cumplen una serie de criterios ecológicos definidos previamente por el análisis de su ciclo de vida.
Las etiquetas ecológicas de las mezclas darían la posibilidad a las Administraciones y usuarios que quisieran fomentar el uso de productos más respetuosos con el medio ambiente.
Cuando se valora el impacto ambiental global que comporta el consumo de un producto, el concepto importante es el de análisis del ciclo de vida. Lo destacable no son sólo los efectos generados en lo que convencionalmente se denomina producción, sino también en la extracción de materias primas y fabricación de los materiales procedentes de sistemas productivos secundarios (aditivos, cal, cemento, etc) que utiliza la empresa, la distribución, utilización del bien y disposición de residuos. Si las administraciones públicas y los clientes privados quieren valorar dicho impacto global, la cuestión es cómo obtener esta información tan compleja. La etiqueta ecológica es un sistema complementario de calificación ambiental de productos y servicios.
Los aspectos estudiados son los siguientes: (i) Emisiones de CO2 asociadas a la fabricación de la mezcla asfáltica; (ii) Uso de material reciclado; (iii) Cumplimiento de la legislación; (iv) Durabilidad del pavimento y (v) Ruido de rodadura. Se debe indicar que se han determinado factores que fueran objetivos, valorizables y fácilmente cuantificables. De otro modo la determinación de la categoría ecológica no sería viable, convirtiéndose en un proceso complicado y de resultados dudosos.