La humanidad está íntimamente ligada a la energía desde su nacimiento, de hecho la vida es posible a la energía bioquímica liberada en nuestras células, de hecho puede ser eso.
Al principio, la Humanidad sólo podía consumir y emplear la energía que el mismo producía (1 hombre de potencia), con los años aprendió a utilizar herramientas (palancas, ruedas, rampas…) que multiplicaron la capacidad de uso de esa energía. A la vez, antes o después según las culturas (en las precolombinas no se conocía la rueda), se descubrieron otros usos y aprovechamientos, así nace el trabajo en equipo y el empleo de la fuerza ajena (gran avance), bien humana (prisioneros de guerra, esclavos o súbditos) o bien animal.
La llegada del fuego supuso poder emplear una gran fuente de energía externa que revolucionó la Humanidad. Permitió alejar fieras, preparar alimentos, emplear nuevos materiales (metales, cerámica…). Con los años empezamos a emplear otras fuerzas externas: el viento y las corrientes de agua. Y así seguimos, prácticamente sin variación, hasta el Renacimiento, donde una gran crisis energética, hubo antes otras, impuso avances tecnológicos para un mejor aprovechamiento de las energías conocidas, a saber: humana/animal, biomasa, eólica e hidráulica/mareal, con pequeños usos solares.
Ya no hubo otro gran salto, cada vez menos espaciados en el tiempo y coincidiendo con explosiones demográficas (u ocasionándolas ¿?), hasta la Revolución Industrial, donde el dominio y uso del vapor de agua permitió emplearlo como vector energético y aprovechar los combustibles fósiles a gran escala.
El descubrimiento de otros vectores energéticos, la electricidad y los derivados del petróleo, que acercaron la energía a cada vivienda/vehículo, llevó a otro gran salto tecnológico. El uso de estos vectores origina un enorme consumo de energía per cápita que tiene su respuesta en la generación de electricidad 'como sea', por ejemplo. Hoy tenemos conviviendo los sistemas tradicionales con las energías llamadas verdes, las cuales tomarán el relevo cuando las otras se agoten, no antes, porque entonces no habrá otras. El hombre, además de ser terriblemente eficaz, como ha sido estos milenios, aprenderá también a ser eficiente.
Por eso digo que nuestro Mundo se escribe con E: Energía, Ecología, Economía, Eficacia, Eficiencia… Esperanza.