En el año 2008 la Entidad del Medio Ambiente del Área Metropolitana de Barcelona inició el trabajo para extender el compromiso ambiental en la cadena de contratistas.

Para ello se llevó a cabo un trabajo de diagnóstico de la situación real de las empresas y se realizaron actuaciones puntuales tales como la edición de una Guía de compra verde dirigida a contratistas o la extensión de la recogida selectiva, de dispositivos reductores de caudal, dispositivos de uso eficiente de la iluminación, etc. en todas la empreses propias y concesionarias.

Sin embargo, era necesario superar las fases iniciales y relativamente sencillas de un proceso de ambientalización para llegar a los aspectos directamente relacionados con el impacto ambiental de cada instalación más que con el aspecto demostrativo de las mismas ante las más de 10.000 visitas que reciben al año: las emisiones de gases, el consumo energético y la influencia que cada instalación puede hacer sobre sus propios proveedores.

Así, durante 2009 y 2010, 18 empresas relacionadas bien con los servicios del ciclo del agua, bien con el tratamiento de residuos han suscrito una carta de compromisos concretos a desarrollar antes del 2012. Entre los compromisos destacan el cálculo de las emisiones directas e indirectas para establecer posteriormente una hoja de ruta hacia la reducción de la huella de carbono, además de continuar con la introducción de criterios ambientales en la homologación de proveedores y con la generalización de las auditorías de ahorro y eficiencia energética.

Además de guiar a las empresas en este camino, se ha desarrollado una batería de indicadores que permitan medir los impactos pero, y quizás más importante, también los resultados positivos (ambientales y económicos) de la aplicación de las medidas concretas.