Dentro de los factores que determinan el balance ambiental de las actividades humanas, el fenómeno urbanizador ocupa un lugar destacado debido, en gran medida, a la voracidad consumidora de los conjuntos urbanos. Durante la segunda mitad del siglo XX, la población de las ciudades se multiplico por diez, pasando de 200 a 2.000 millones y, según la ONU, en 30 años habrá más de 5.000 millones de habitantes urbanos. Actualmente, las ciudades consumen el 80% de la energía y producen el 80% de contaminación a nivel mundial.

El control del proceso urbanizador y la consideración de sus consecuencias sobre el medio ambiente debe ser una prioridad para todos los agentes implicados y, por ello, es necesario desarrollar herramientas específicas que se adapten a este enfoque más sostenible del planeamiento urbanístico. Dentro del marco legislativo actual, y a pesar de las directivas sobre evaluación ambiental estratégica, el peso de factores ambientales en la toma de decisiones sobre desarrollos urbanos continúa siendo menor y los estudios de impacto tienen un carácter más defensivo que propositivo.

BREEAM Urbanismo es una herramienta de planeamiento que permite incorporar criterios ambientales y de sostenibilidad desde las primeras fases del proceso. Está avalada por treinta años de experiencia en evaluación ambiental en la construcción y más de 200.000 edificios evaluados. Esta experiencia se extiende ahora a la escala urbana para integrar todos los factores determinantes del balance ambiental de la ciudad. BREEAM funciona como un sistema de evaluación ambiental independiente que permite un reconocimiento objetivo y transparente de un proyecto de desarrollo urbano. Facilita una sistematización del proceso planificador mediante el establecimiento de objetivos de sostenibilidad que serán acordados por las partes implicadas desde el comienzo. BREEAM Urbanismo define una serie de requisitos que están agrupados en ocho categorías, que abarcan sostenibilidad ambiental, social y económica. Los objetivos de partida serán contrastados y evaluados a partir del grado de cumplimiento de los requisitos, esto otorga al proyecto urbano una calificación final según su nivel de sostenibilidad. Por experiencias previas, se prevé que la herramienta como incentivo para fomentar la adopción voluntaria y decidida de criterios ambientales en los proyectos de desarrollo urbano.