Durante la última década se han dado grandes pasos hacia la consecución de una gestión urbana cada vez más proactiva ante escenarios de Cambio Climático (CC). A pesar de estos avances, aún se necesitan enfoques más ajustados a la práctica de la planificación, que liguen diagnóstico y actuación. Así, se deberían tener en cuenta herramientas para identificar zonas urbanas vulnerables o generadoras de vulnerabilidad donde destinar parte del presupuesto y esfuerzos municipales y regionales.

No obstante, ¿cómo hacer de la medida de la vulnerabilidad algo aplicable y operativo para la ordenación del territorio y la planificación urbana? Superar los modelos conceptuales hacia modelos operativos y replicables es precisamente la cuestión que el proyecto K-Egokitzen (parcialmente financiado por el Gobierno Vasco) intenta responder con la línea de investigación cuya primera fase de ha desarrollado durante 2008-2010.

La hipótesis de la metodología que presentamos en esta comunicación, se centra en la factibilidad de definir medidas y estrategias de adaptación al CC y por lo tanto, identificar condicionantes en la ordenación del territorio y la planificación urbana, mediante la caracterización previa de áreas o elementos vulnerables.

Entendemos vulnerabilidad urbana como el grado en que un elemento urbano es susceptible o incapaz de hacer frente a los efectos adversos del CC, siendo función de la naturaleza, magnitud y persistencia de la variabilidad climática a la que el elemento está expuesto, su sensibilidad y su capacidad de respuesta. La dimensión social, el medio construido, el medio biofísico y la estructura económica municipal afectan a la vulnerabilidad. Por esta razón, el modelo de evaluación que presentamos esta construido sobre un aproximación multidimensional que integra todos estos factores.