El transporte ferroviario se erige en la actualidad como principal pilar de la implementación de un sistema de transporte sostenible. Medioambientalmente, es el que menos emisiones de CO2 produce por viajero-kilómetro. Desde un punto de vista social, es equitativo en el acceso a trabajo, educación y ocio. No obstante, para hacer uso de sus instalaciones, los viajeros tienen indefectiblemente que salvar desniveles.
En la actualidad es impensable diseñar estaciones sin elementos mecanizados de transporte vertical, que faciliten el acceso a las redes de metro por parte del colectivo de personas de movilidad reducida, entre las que se incluyen aquellas con alguna discapacidad (tanto sensorial como motora) o que tienen que desplazarse con maletas, coches de bebé o similares, teniendo, lógicamente, más dificultades a la hora de moverse por la red. El objetivo fundamental es mejorar su movilidad y, en consecuencia, su calidad de vida. Por tanto, la rentabilidad de estos proyectos debe medirse en términos sociales, ya que el retorno de la inversión no es exclusivamente monetario.
Con el fin de profundizar en la comprensión de los efectos e impactos de la realización de proyectos de accesibilidad en las redes de metro, se hace necesario el establecimiento de indicadores que permitan cuantificar su beneficio social.
Así, se ha desarrollado una metodología integral que permite cuantificar el beneficio social de la puesta en marcha de medidas de accesibilidad en las redes de transporte ferroviario, con aplicación particular a los metros. Esta se concreta en la creación del Índice de Beneficio Social, que mide el grado de bienestar o mejora de las condiciones de vida que aporta la implementación de estas soluciones para los usuarios de una determinada estación.
Para el cálculo del mismo, se contemplan las principales variables que impactan en el beneficio que este tipo de infraestructuras aportan a la sociedad (utilizaciones, demanda de personas de movilidad reducida, geometría de la estación o proximidad a lugares de interés, entre otras).
La metodología propuesta aporta información que permite discriminar inversiones en medidas de accesibilidad en función del beneficio aportado a la sociedad, ofreciendo una nueva visión de las redes ferroviarias de forma que se identifiquen fácilmente aquellas estaciones en las que se produce mayor beneficio social al implantar una determinada medida de accesibilidad.