El Ayuntamiento de Coca y la Comunidad de Villa y Tierra de Coca, durante los últimos 7 años han puesto en práctica un plan para demostrar a la sociedad que la sustitución de las calderas alimentadas por combustibles fósiles por calderas de biomasa supone un ahorro superior al 80%. Y así se ha realizado la experiencia en numerosos edificios públicos de diferentes características y volúmenes. Para ello, a través de una importante inversión se adquirieron hasta 7 calderas de diferentes potencias y prestaciones. Las potencias varían desde 70 KV hasta 340 KV y se han utilizado para calentar colegios, polideportivos, oficinas, piscinas climatizadas, gimnasios guarderías, balneario, parque de bomberos, etc.
Los precios varían desde los 12.000 euros (calderas de aire caliente), hasta los 92.000. La amortización de la inversión se realiza en no más de 3 años para los equipos más caros, quedando incluso reducida en año y medio para los equipos más económicos, momento a partir del cual la caldera pasa a ser un elemento generador de recursos económicos, que en Coca ha supuesto un ahorro anual superior a 80.000 euros, (un 86% de ahorro), que está siendo destinado al mantenimiento del capítulo de inversiones y a la reducción de la deuda local. Además ha habido una reducción de emisiones de casi un 29%, se genera empleo limpio y el rendimiento calorífico es superior al anterior.
El combustible utilizado en las calderas fue la astilla de madera y el ala de la piña del pinus pinea. La importancia que tiene el consumo de la astilla de madera para la revalorización de los aprovechamientos forestales, cuyos propietarios en un 43% es la administración local, ha hecho que la Administración caucense lleve más de un año trasladando esta experiencia por toda la península ibérica, incluido Portugal, con los objetivos de: poner en valor el ahorro que supone instalar este tipo de calderas; la incidencia que tiene sobre el empleo directo; reducción de emisiones a la atmósfera; aumento de la fijación de carbono en las estructuras vegetales forestales; revalorización de los productos forestales y mitigación de los impactos por incendios forestales.
Si todas las administraciones de España sustituyeran sus calderas por calderas de biomasa se ahorrarían anualmente 1.100 millones de euros, además de crear 82.000 empleos directos y otros cientos de miles indirectos.