En estos últimos años, la Comunidad Autónoma de Aragón ha construido y puesto en marcha diferentes EDAR’s (estaciones depuradoras de aguas residuales) en las tres provincias que la componen, fruto del Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración (IAA – Instituto Aragonés del Agua del Gobierno de Aragón). Dicho Plan contempla la depuración de las aguas residuales de 171 núcleos de población, lo que significa que más del 90% de la carga contaminante residual urbana será depurada. Con este Plan, Aragón se situará en la vanguardia del cumplimiento de las Directivas europeas, que fijan para el 2015 la obligación de depurar todas las aguas residuales.

Ante esta situación el IAA y la USJ (Universidad San Jorge) están realizando un estudio de evaluación de la calidad del agua en la cuenca del río Ebro y su relación con el Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración, con el objeto de estimar el cambio en la evolución de la calidad del agua en la cuenca del río Ebro como consecuencia de la construcción y puesta en funcionamiento de las diferentes EDAR’s (estaciones depuradoras de aguas residuales) proyectadas en el Plan de Saneamiento y Depuración citado anteriormente.

Dicho estudio se está llevando a cabo en tres puntos diferentes de la cuenca del río Ebro: río Alcanadre en Ontiñena (Huesca); río Huerva en Fuente de la Junquera (Zaragoza) y río Jiloca en Luco de Jiloca (Teruel), donde se evalúa el efecto de diferentes EDAR’s instaladas aguas arriba de los puntos de muestreo seleccionados. Para dichos puntos se ha realizado un estudio histórico de los datos fisicoquímicos y biológicos (IBMWP) disponibles, los cuales han sido proporcionados por la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro), con el objeto de analizar si la depuración implica la recuperación del ecosistema fluvial. Este estudio histórico se completa con un muestreo realizado en el mes de julio de 2010.

Los primeros resultados obtenidos muestran una ligera tendencia de mejora en la calidad de las aguas tras la instalación de las EDAR’s, principalmente del parámetro biológico (IBMWP) y de los parámetros fisicoquímicos referentes a contaminación orgánica (oxígeno disuelto, DQO, amonio y fósforo), lo cual podría ser atribuido a la puesta en marcha de los sistemas de depuración urbanos, aunque van a ser necesarios muestreos más exhaustivos para confirmar esta primera hipótesis.