Más del 80% de las empresas españolas fabricantes de baldosas cerámicas se encuentran localizadas en la provincia de Castellón. Además, entorno a este sector se localizan otro tipo de actividades relacionadas como: proveedores de materias primas, fabricantes de gránulo atomizado, empresas fabricantes de fritas y esmaltes cerámicos, talleres de maquinaria, etc., dando lugar a lo que se conoce en términos industriales como clúster cerámico.

Desde un punto de vista ambiental, esta concentración elevada de actividades industriales en un área relativamente pequeña (aproximadamente sobre 500 km2), puede generar un impacto significativo sobre el entorno.

En este sentido la aplicación de la Directiva IPPC, así como la correspondiente Ley 16/2002, de prevención y control integrados de la contaminación y la Ley 2/2006, de prevención de la contaminación y calidad ambiental de la Comunidad Valenciana, han tenido un papel estratégico en el proceso de mejora del impacto ambiental asociado a las actividades incluidas en este cluster, principalmente en el caso del sector de baldosa cerámicas, debido a que las empresas se han visto obligadas a adaptar sus actividades a los nuevos requisitos ambientales.

En cuanto al impacto económico de la aplicación de la IPPC a nivel individual es muy variable ya que depende de la situación de partida de cada empresa. No obstante, hay estimaciones a nivel sectorial, facilitadas por el Instituto de Tecnología Cerámica, que situaban inicialmente las cifras de impacto entorno a los 90-120 millones de euros, de los que actualmente quedaran pendientes por invertir aproximadamente un 50%.

Los aspectos pendientes, están relacionados mayoritariamente con la corrección de la contaminación atmosférica generada por las emisiones canalizadas (depuración de emisiones ácidas) y difusas, consideradas como características de este sector.

Por otro lado, atendiendo al impacto tecnológico de esta Directiva medioambiental, merece la pena destacar que todas las MTD’s necesarias para alcanzar los niveles exigidos por las correspondientes Autorizaciones Ambientales son conocidas y, esto junto con el carácter proactivo del sector en esta materia, no cabe duda que en un periodo relativamente corto estará posicionará favorablemente al sector cerámico respecto al cumplimiento de las exigencias ambientales requeridas en un tiempo relativamente corto.

Prueba de ello, son todas las iniciativas actuales que están siendo promovidas desde la Asociación de Fabricantes de Baldosas Cerámicas (ASCER), para posicionar el producto baldosa cerámica en aquellos mercados donde la “sostenibilidad ambiental” es criterio indispensable de compra.