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Universidad de Cantabria
Vicepresidenta Territorial Cantabria
Colegio de Geógrafos
Tipo de participación en el congreso
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Impactos bióticos de las infraestructuras hidroeléctricas. El caso del Nansa (Cantabria)
[ver resumen]
El Nansa es uno de los ríos más intervenidos de España. En poco más de 40 km soporta cuatro embalses, otras tantas centrales hidroeléctricas y una extensa red de canales que dejan el cauce prácticamente seco durante la mayor parte del año.
Estas infraestructuras han fragmentado el corredor fluvial introduciendo barreras infranqueables para muchas especies. El grupo más afectado es el de los peces diádromos como Salmo salar, S. trutta, Anguilla anguilla o Petromyzon marinus que no pueden superar la presa de Palombera, la más próxima al mar.
Los embalses y tramos privados de agua refuerzan el efecto barrera de las presas y generan ecosistemas lénticos a costa de los lóticos preexistentes reduciendo la superficie de los hábitats y de las áreas de freza de las especies más exigentes.
Al tiempo, la modificación del régimen y de la hidrodinámica fluvial ha producido cambios relevantes en la morfología del cauce y de sus orillas. Las áreas de erosión y acumulación han cambiado, el lecho permanente se ha estrechado en la mayor parte de su recorrido mientras que el de inundación -desaparecidas las grandes crecidas- ha sido fácilmente colonizado por la vegetación. Gracias a ello, el bosque de ribera ha experimentado un sorprendente desarrollo tras la construcción de los embalses hasta el punto de constituir hoy uno de los mejores ejemplos de Cantabria.
Los embalses interrumpen una y otra vez la continuidad del corredor fluvial que pierde calidad alrededor de cada uno de ellos, sin embargo la va recuperando aguas abajo a medida que los efectos directos de las presas se van atenuando y el río va recobrando caudal. De este modo, aguas abajo de cada presa se suceden cuatro tipos de ambientes bien diferenciados por sus características geomorfológicas y biogeográficas: Pie de presa (zona de sobreexcavación); zona de acumulación y encajamiento; zona de máxima influencia con estrechamiento del cauce y zona de influencia atenuada.
En este momento, en el que se inician importantes acciones para la recuperación del corredor del Nansa (que ha sido designado LIC) no podemos permitirnos olvidar que algunos de sus mejores valores actuales son consecuencia de las mismas actuaciones que han causado la desaparición de otros y que la gestión de este espacio debe pasar por comprender y tener en cuenta cuál ha sido su evolución y como será en un futuro.
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