El concepto de 'valorización' fue introducido en el ordenamiento comunitario-europeo de los residuos a través de la Directiva 91/156/CE de 18 de marzo de 1991, de donde ha pasado a la vigente Directiva marco en el sector, la Directiva 2008/98/CE, de 19 de noviembre, que lo define como 'cualquier operación cuyo resultado principal sea que el residuo sirva a una finalidad útil al sustituir a otros materiales que de otro modo se habrían utilizado para cumplir una función particular'. Definición genérica que se complementa con la remisión a un listado en el que figuran diversas operaciones técnicas de gestión de residuos, entre ellas el reciclado, pero también la 'utilización principal de los residuos como combustible u otro modo de producir energía', es decir, la incineración con recuperación de energía o valorización energética de residuos. Con la introducción de este concepto el Consejo ha pretendido, en fin, introducir un nuevo término más amplio que el tradicionalmente empleado de reciclado que preste cobertura a todas aquellas operaciones técnicas que permiten extraer algún tipo de beneficio de los residuos, como la obtención de energía a través de su incineración. Intentando de esta forma resolver una de las cuestiones que más conflictos han planteado a la hora de definir la política europea sobre residuos, la exclusión de la valorización energética de la categoría jurídica de las actividades de eliminación de residuos que era reclamada por aquellos países que cuentan con una industria de incineración de residuos ya consolidada.

El objeto de esta comunicación es precisamente poner de manifiesto como el concepto de valorización ha sido empleado por la propia Unión Europea para flexibilizar la jerarquía entre los objetivos ambientales a alcanzar y los distintos métodos de gestión exigidos a nivel comunitario-europeo. Situación ya asumida pese a constituir un fraude de la propia política europea sobre residuos, pero que deviene en la actualidad insostenible por su frontal contradicción con los objetivos de la Unión Europea, hoy claramente prioritarios, de reducción de emisiones en el marco de su lucha contra el cambio climático.