La elaboración de los preceptivos Planes de Acción contra el Ruido (PLAR) es un proceso complejo por cuanto conlleva el análisis, la aprobación y la implementación de medidas que trascienden lo estrictamente técnico y que inciden en el diseño de nuestras ciudades, en el desarrollo de las políticas económicas o incluso en la forma de expresión de las costumbres de la población. Además, debe considerarse que resulta fundamental la participación de las Autoridades municipales y de la ciudadanía en la toma de decisiones. Para que esto sea posible, es esencial el establecimiento de mecanismos adecuados y eficaces para la difusión pública de los resultados de los Mapas Estratégicos de Ruido (MER), que permitan el intercambio de ideas y la elaboración de propuestas bien fundamentadas y consensuadas; así como la realización de un importante esfuerzo técnico y económico, la comprobación posterior de su eficacia y, en su caso, la introducción de las modificaciones oportunas.
La escasez de información técnica y de experiencias, tanto de redacción como de aplicación y de comprobación de la eficacia de las medidas propuestas, amén de la distinta percepción ciudadana del problema del ruido, la incidencia que éste puede tener sobre la salud de las personas o los vínculos entre contaminación acústica y otras formas de contaminación urbana, constituye un handicap para la elaboración de los PLAR.