Hablar de Brasil es hablar de un territorio rico en recursos naturales, cuya protección tiene que combinarse con las necesidades de un 'país-continente' que alberga casi 200 millones de habitantes y que ya es la octava potencia económica del mundo. Por ello, en el Foro se han escuchado a responsables políticos, empresas y expertos de ambos lados del Atlántico para hacer compatible la producción de energía y la lucha contra el cambio climático.
La ponencia comenzó con la intervención del viceministro de Medio Ambiente de Brasil, José Machado, quien destacó el acercamiento que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva tiene hacia las políticas medioambientales de España. "No podemos abdicar del intercambio de tecnologías y experiencias con España en materia de medio ambiente, como es el tratamiento de los recursos hídricos, por ejemplo", señaló. Machado expuso a los asistentes una radiografía del sistema energético del gigante latinoamericano, que a pesar de su tamaño y crecimiento económico e industrial de las últimas décadas, "está muy por debajo de las emisiones de gases contaminantes de otras regiones del mundo, como China, Estados Unidos o la Unión Europea". Sin embargo, el viceministro no mantuvo un discurso conformista y anunció la intención de su gobierno por reducir 234 millones de toneladas de CO2 hasta 2020. "Brasil sólo no puede resolver todos los problemas. Por eso estamos abiertos al diálogo internacional, aunque nosotros seguimos comprometidos con esa responsabilidad", concluyó.
El director general del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de la Fundación Mapfre, Antonio Guzmán, que ejerció de anfitrión del encuentro, agradeció al viceministro la labor de su gobierno en la lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad. "Todos los seres humanos tenemos que estar agradecidos por la labor de Brasil para proteger al pulmón del planeta", aseguró Guzmán.
Tras la intervención de Machado, el director general brasileño de Itaipú Binacional, Jorge Samek, destacó que el 77,3% de la energía eléctrica de su país procede de una matriz limpia: el agua. Samek, que dirige la mayor hidroeléctrica en funcionamiento del mundo -abastece de electricidad al 20% del país y a más del 90% de Paraguay-, explicó el funcionamiento del gigantesco proyecto que alberga Itaipú y alentó a los asistentes, entre los que se encontraban numerosos estudiantes, a ser “soltados del planeta, para salvar a la humanidad y a la tierra”, de los riesgos del cambio climático.
Al foro también acudieron Francisco Maciá Tomás, subdirector general de Planificación Energética y Seguimiento del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de España y Paulo Altaur Pereira, vicesecretario de Planificación y Desarrollo Energético del Ministerio de Minas y Energías de Brasil, que compararon la situación de ambos países, poniendo énfasis en lo que a energías renovables se refiere y las perspectivas compartidas para que éstas (hídrica, eólica y solar) vayan ganando terreno al gas y el petróleo.
El encuentro se cerró con la exposición de tres proyectos puestos en marcha donde se combina la protección del medio ambiente y la producción de energía. Alfonso Maillo, director técnico de Urbaser (grupo ACS), detalló la situación del sector encargado del tratamiento de residuos en España y lamentó que en nuestro país "se siga tirando el 60% de los residuos a los vertederos, sin poder reciclarlos".
Del otro lado del Atlántico, José Nunes de Almeida Neto -director de Relaciones Institucionales y Comunicación Coorporativa de Coelce-Empresa- explicó el programa 'luz solidaria', donde la compañía, del Grupo Endesa, otorga bonos de descuento en la facturación de la luz a las familias y negocios con rentas más bajas por reciclar residuos. También la investigadora Hillandia Brandao da Cunha expuso la situación particular de la Amazonia, y cómo está afectado al cambio climático su grave deforestación y los programas puestos en marcha por el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA) para la protección de la mayor selva tropical del mundo.
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