El desengrase es una operación de limpieza previa en los procesos de tratamiento superficial de metales. Las piezas pueden presentar restos de aceites, grasas o taladrinas empleados como refrigerantes o lubricantes en el mecanizado anterior. La eliminación de estas impurezas se realiza empleando sistemas que están compuestos principalmente por ácidos o bases, silicatos, fosfatos, agentes complejantes, humectantes y otros aditivos especiales que suelen ser peligrosos para la salud de los trabajadores y el medio ambiente.
Los costes de mantenimiento de estos baños y sus posteriores enjuagues suelen ser altos, así como los asociados a los tratamientos de depuración a los que deben ser sometidos una vez agotados. Las técnicas que hoy en día permiten una recuperación de los baños de desengrase para su reutilización se basan en la separación de la capa flotante de aceites y grasas mediante centrifugación, ultrafiltración,... Otra alternativa es la recuperación biológica. Esta técnica se fundamenta en el empleo de microorganismos para la eliminación de los aceites y grasas. El sistema opera en dos pasos; en el primero, el aceite se emulsiona en el líquido desengrasante y en el segundo, los microorganismos actúan biodegradando esta materia orgánica transformándola en CO2 y agua.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, el Centro Tecnológico AIMEN se planteó este proyecto El principal objetivo es estudiar a nivel de laboratorio la potencial aplicación de la recuperación biológica de los baños de desengrase tomando como base la realidad del sector en la comunidad gallega.

La recuperación biológica consta de dos etapas. En la primera, un agente químico induce la formación de una emulsión de aceites y grasas. Dado que los sistemas convencionales operan a altos valores de temperatura o pHs extremos, ácidos o básicos, es necesario reformular y estudiar el comportamiento de estos baños en unos intervalos en los que se pueda asegurar la supervivencia de los microorganismos y una correcta limpieza de las piezas.

La segunda etapa consiste en la biodegradación de las emulsiones formadas. Para alcanzar las condiciones óptimas, se está investigando la influencia de variables como la temperatura, pH, tipo de microorganismos, aireación o bien el aporte de nutrientes al medio.

Para conseguir los objetivos planteados en este proyecto, el Centro Tecnológico AIMEN cuenta con la colaboración del Grupo de Bioprocesos del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Vigo.