El interés por la problemática contemporánea de los espacios agrarios periurbanos ha despertado una nueva conciencia urbana que afianza la importancia de la preservación de estos espacios agrarios por sus valores ambientales, culturales y productivos, y que comienza a reaprender las posibles ventajas de su proximidad urbana. Entre ellas, la calidad alimentaria. En el análisis de las respuestas a esta problemática, aparece un uso recurrente del término ‘Parque Agrario’ materializado en diversas propuestas con dispares objetivos, escalas y dimensiones. Para aclarar la confusión del término, se estudia el Parque Agrario del Bajo Llobregat. De este caso se induce la estructura organizativa básica de su figura, analizándola de manera poliédrica y multiescalar.
Se propone como hipótesis la idea de que la figura de Parque Agrario consigue legitimar la preservación de un espacio agrario periurbano ignorado por los instrumentos de planeamiento tradicional tras el fenómeno de industrialización de la actividad agrícola en el que las pequeñas parcelas dejaron de ser rentables frente a otras opciones de cambio de uso. El incremento en la descoordinación entre la política agraria, muy sectorial, y la política territorial, orientada a una planificación urbana dirigió, las respuestas sociales hacia el reconocimiento de estos espacios productivos como lugares de identidad territorial.
El Parque Agrario consigue su preservación mediante un sistema de gobernanza que revaloriza la identidad territorial, materializado en un ente gestor con capacidad de negociación institucional. Este ente gestiona sus dos instrumentos, que materializan las estrategias básicas de preservación de los espacios agrarios y contrarrestan las presiones urbanas y los problemas intrínsecos de la actividad agraria. Estos instrumentos son:
- El plan especial de protección. Es el instrumento legal que se encarga de bloquear las presiones exógenas - presiones urbanísticas, económicas, ambientales, sociales.
- El plan de gestión y desarrollo. Es el instrumento estratégico sectorial que trata de solventar los problemas endógenos - falta de relevo generacional, tecnología del sector, etc.
El objeto último del trabajo es valorar la sostenibilidad de la figura en función del resultado de su aplicación a un espacio agrario periurbano, tipológico y predispuesto. Su aplicación y fusión con el espacio agrario periurbano dará lugar a otro ‘concepto aplicado’ de parque, que creará y fortalecerá sus propias redes productivas para introducirse en el ciclo alimentario de la ciudad próxima, bloqueando la base territorial frente al proceso urbano.