La biomasa es un sector clave para España y la UE a la hora de alcanzar sus objetivos en materia de energías renovables y sostenibilidad. Al igual que otras energías renovables, permite disminuir la dependencia energética externa, así como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, favorece el mantenimiento y diversificación del sector forestal, contribuyendo así al desarrollo de empleo especialmente en el ámbito rural.
La selección e implantación de cultivos energéticos y la optimización de los sistemas de aprovechamiento de los residuos, tanto agrarios, ganaderos como forestales, permitirán aumentar el potencial de producción de biomasa necesaria para hacer frente a los objetivos propuestos.
A corto y medio plazo, la utilización de la biomasa como materia prima para la producción de biocombustibles representa una alternativa realista en la sustitución parcial de combustibles de origen fósil, en un sector, el del transporte, que es responsable en gran medida de la emisión de gases de efecto invernadero y en el que la dependencia externa es casi absoluta. A más largo plazo, la utilización de biomasa de carácter residual y la implementación de sistemas más eficientes de conversión energética pueden hacer de esta fuente renovable una alternativa eficaz que contribuya significativamente a la consecución de los objetivos expuestos.